Hace unas semanas me vino un impulso que me llevo hasta Suesca a intentar un deporte expremo que nunca antes habia hecho en el High Warmis Fest.

  Imaginate una cuerda plana de una pulgada de ancho, que atraviesa una montaña de un extremo a otro, soportada con materiales y herramientas de los equipos de escalada y un arnés que te protege de caer al abismo.

 En Uruguay conocí el Slack Line, también una práctica de equilibrio sobre línea, pero con una cuerda más gruesa, más templada y al cerca del piso …una practica muy retadora y la idea no solo es poder caminar sino tambien  poder estar en el equilibro experimentar hasta dónde y desde qué lugares te puedes mantaner. En el high line la idea es la misma solo que … ¡Qué miedo! Virgen Santísima! es muy alto, qué adrenalina y qué locura cómo el ser humano puede enfrentarse a ello, caminar y hacer trucos y posturas en una cinta suspendida decenas de metros del piso y salir triunfante haciéndolo ver como si fuera facilísimo.

El primer día no me pude ni sentar en la línea, la verdad me dio miedo, es algo como que el instinto de supervivencia de uno le grita -Noooo! Eso está mal!-  Supongo que con el tiempo uno comienza a confíar en el arnés… o simplemente se acostumbra a enfrentarse al miedo. Al final del festival terminé con moretones en brazos y piernas, los de las piernas eran muy escandalosos, ocupaban toda mi ingle interna y fue tan fuerte la sensación del primer dia que el segundo no fui a los pegues (cruces por la cuerda) , jajaja, pero tuve dos oportunidades más y en estas si logré sentarme, y que locura estar ahí en la mitad del vacío con un paisaje maravilloso a mi alrededor, qué sensación tan fuerte que en cierto punto te enfrenta a la muerte y al presente, la vida, exponiéndose con tal energía que no deja lugar a la distracción.

Que experiencia tan bonita haber ido a ese festival, había una sensación de apertura y de bienvenida de parte del parche, de la gente que hace eso, y bueno, Warmi (Mujer en quechua), fueron mujeres highliners las que organizaron el festival en el que además de los pegues también hubo talleres corporales, charlas, rifas, fiesta, fuego, gaitas… mejor dicho … que se repita! 🙂

Este viaje me conectó nuevamente con esa sensación de sincronización divina, todo se alinea para que vivas lo que tienes que vivir, tuve la suerte de contar con Sofi, esa amiga que se le mide a mis propuestas extremas, tuvimos la bendicion de conocer a Manu, ahora querido amigo, que nos dejo quedarnos en su casa y fue como un angel guía en Suesca y tuvimos el placer compartir con el parche highliner que estaba dispuesto desde la energia Warmi, con toda la apertura y la dulzura. <3